LOS TEXTOS EXPOSITIVOS
Los textos expositivos tienen la finalidad de transmitir información de manera clara, ordenada, precisa y objetiva. Los hallamos en los géneros no literarios, en especial en los subgéneros científico-técnico y humanístico, aunque también es habitual hallarlos en los subgéneros periodísticos.
Se pueden clasificar en dos grandes grupos:
1. Textos especializados: van dirigidos a un receptor experto en la materia y resultan de difícil comprensión para alguien lego en la materia, utilizan tecnicismos y terminología especifica.
Ejemplos: informes técnicos, conferencias destinadas a especialistas de una disciplina concreta, simposios, etc.
2. Textos divulgativos: van dirigidos a un público general, informan con claridad de un asunto de interés o actualidad y emplean los tecnicismos imprescindibles.
Ejemplos: reportajes periodísticos, revistas o enciclopedias no especializadas, charlas, debates, mesas redondas, etc.
Características generales de los textos expositivos
Los elementos de un texto expositivo se relacionan habitualmente de forma cronológica (perspectiva temporal) o jerárquica (por orden de importancia). Por su parte, el emisor debe tener en muy en cuenta los conocimientos previos que se presupone que tiene el receptor.
Los textos expositivos se estructuran en tres partes:
1. Introducción: es la presentación del tema que se va a tratar.
2. Desarrollo: en él se transmite la información de forma clara, objetiva y ordenada.
3. Conclusión (cuando la hay): es el resumen final en el que se incide en las informaciones dadas.
A su vez, pueden presentar un orden inductivo o deductivo:
1. Orden deductivo o analizante (de lo general a lo particular): Se presenta el tema (a menudo se parte de una definición) que luego se va ilustrando o demostrando con diferentes datos y ejemplos concretos.
2. Orden inductivo o sintetizante (de lo particular a lo general): se parte de datos y ejemplos concretos que nos llevan a delimitar el tema al final del texto.
Características lingüísticas
1. A nivel morfológico:
- Predominan los sustantivos abstractos.
- Abundan los adjetivos especificativos.
- Uso frecuente del presente de indicativo, a veces con valor intemporal.
- Presencia de perífrasis verbales modales de obligación (debe hacer, tiene que hacer, ha de hacer, hay que hacer) o de posibilidad (puede hacer, debe de costar).
2. A nivel sintáctico:
- Uso de la 3ª persona (el “yo” se evita para mostrar objetividad, imparcialidad y rigor científico)
- Uso de oraciones impersonales, pasivas o pasivas reflejas.
- Uso frecuente del predicado atributivo, pues es el más apropiado para definir conceptos y explicar procesos.
- Presencia de perífrasis verbales modales de obligación (debe hacer, tiene que hacer, ha de
hacer, hay que hacer) o de posibilidad (puede hacer, debe de costar).
- En cuanto a las proposiciones aparecen las coordinadas y yuxtapuestas para enumerar; las causales, finales y consecutivas para establecer relaciones lógicas, y las condicionales para las hipótesis.
- La modalidad oracional más frecuente es la enunciativa y la función del lenguaje predominante es la representativa o referencial.
3.- A nivel léxico-semántico
- Uso de un vocabulario preciso y denotativo.
- Uso de tecnicismos en los textos especializados (también, en menor grado, en los divulgativos).
TEXTO EXPOSITIVO COMENTADO
(Extraído de http://www.lenguaparatontos.es/evau-selectividad/1-comentario-de-texto/texto-expositivo/)
Ventajas y desventajas de la biomasa
Hay otras fuentes de energía renovable además de la eólica y la solar. Una de las más antiguas es la producción de energía a través de la biomasa. Cuando se descubrió el fuego se comenzó, casi a la par, a utilizar la biomasa como fuente de energía: un tronco de árbol se quemaba para calentar a la tribu y asar los alimentos. A partir de ahí, se produjo una evolución: leña, carbón de leña, cascarilla de arroz, restos de poda, desechos orgánicos de animales… El término biomasa se refiere a toda materia orgánica que provenga de árboles, plantas y desechos de animales que pueda ser convertida en energía, incluyendo los desechos de la agricultura, como los residuos de maíz, café, arroz, etc., de un aserradero (podas, ramas, aserrín, cortezas) o de los residuos urbanos (aguas negras, basura orgánica y otros).
La biomasa es una fuente renovable de energía porque, en realidad, se carga con el Sol. A través del proceso de fotosíntesis, las plantas capturan su energía y convierte el dióxido de carbono (CO2) del aire y el agua del suelo en carbohidratos y forman materia orgánica. Esta materia orgánica es la que se quema para liberar la energía que contiene. Si la producción de energía con biomasa se realiza al mismo nivel o menor que el que se consume se convierte en una fuente de energía sostenible. El aprovechamiento de la biomasa ofrece algunos beneficios ambientales. Puede contribuir a mitigar el cambio climático y el efecto invernadero, reducir la lluvia ácida, prevenir la erosión de los suelos y la contaminación de las fuentes de agua, reducir la presión provocada por la basura urbana, enriquecer el hábitat de la vida silvestre y ayudar a mantener la salud humana y estabilidad de los ecosistemas.
Su mayor problema, por otro lado, es su baja densidad relativa de energía, es decir, que se requieren mayores volúmenes para producir cierta potencia energética en comparación con, por ejemplo, los combustibles fósiles. Por tanto, el transporte y manejo se encarecen y se reduce la producción neta de energía. Par solucionar este problema hay que situar el proceso de conversión cerca de las fuentes de producción de biomasa.
David Sanz (energiasrenovadas.com)
Comente el texto contestando a las siguientes preguntas:
a) Enuncie el tema.
Este texto trata sobre la biomasa como fuente de energía renovable.
b) Indique qué tipo de texto es.
Se trata de un texto expositivo del género científico-técnico de carácter divulgativo.
c) Detalle las características lingüísticas y estilísticas del texto.
Vamos a analizar características lingüísticas de el texto anterior en relación con tres rasgos propios de la exposición: la objetividad, la claridad y la precisión.
Dado que el autor pretende proporcionar una información, el texto va a buscar la objetividad utilizando la función referencial. En consecuencia, se usa la tercera persona del verbo ("es", "forman", "puede"), característica de la modalidad oracional enunciativa. Además, abundan las expresiones impersonales o de pasiva refleja ("hay", "se descubrió", "se refiere a"), los adjetivos especificativos ("eólica", "solar", "orgánica") y predomina un léxico neutro, denotativo ("biomasa", "cortezas", "ramas").
Por otro lado, al emisor le interesa que la información sea lo más clara posible. A ese fin contribuye, en primer lugar, la fuerte cohesión del texto: de un lado la cohesión léxica, con repeticiones (hasta seis veces aparece el término "biomasa"), hiperónimos ("fuentes de energía"), hipónimos ("leña", "carbón"), términos el mismo campo semántico ("eólica", "solar", "combustibles fósiles"), pronombres ("su mayor problema", ), etc.; de otro, la cohesión sintáctica, ya que en el escrito abundan los marcadores del discurso ("A partir de ahí", "además", "por otro lado", "por tanto", etc.). En segundo lugar, la estructura externa, dividida en párrafos, contribuye a alcanzar la claridad buscada, pues a cada párrafo le corresponde una unidad temática: el primero define el término, el segundo explica las ventajas de que biomasa sea una energía renovable y el último precisa alguna desventaja. Por último, la presencia de definiciones ("toda materia orgánica..."), enumeraciones de ejemplos ("podas, ramas, aserrín...") y aclaraciones ("es decir, que se requieren...") otorgan precisión al texto.
Finalmente, aunque el texto tenga un carácter eminentemente divulgativo, cabe señalar la presencia de expresiones formalizadas ("CO2") y sobre todo la abundancia de tecnicismos como "fotosíntesis", "carbohidratos" o "biomasa".