Historia de la polio (poliomielitis)


Al inicio del siglo XX, pocas enfermedades daban más miedo a los padres de familia que la poliomielitis. La polio atacaba en los meses cálidos de verano y, cada cierto tiempo, las epidemias arrasaban las ciudades. Aunque la mayoría de las personas se recuperaba rápidamente de la polio, algunas sufrían parálisis temporal o permanente, e incluso morían. Muchos supervivientes de la polio quedaban discapacitados de por vida y eran un recordatorio, visible y doloroso para la sociedad, de las grandes cantidades de vidas jóvenes que cobraba la enfermedad. 

Síntomas y agente causante

La polio es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al sistema nervioso producida por el poliovirus. Aproximadamente en un 95% de los casos de polio, las personas no presentan ningún síntoma, por ello se les conoce como casos asintomáticos. El resto de los casos de polio se puede dividir en tres tipos: polio abortiva, polio no paralítica y polio paralítica.

  • Polio abortiva: en estos casos, la polio es una enfermedad leve con síntomas de tipo viral, como fiebre, fatiga, dolor de cabeza, dolor de garganta, náusea y diarrea.
  • Polio no paralítica: en general, estos casos incluyen los síntomas de la polio abortiva y síntomas neurológicos adicionales, como sensibilidad a la luz y rigidez en el cuello.
  • Polio paralítica: por lo general, después de un periodo inicial de síntomas de tipo viral, los primeros signos de la polio paralítica inician con la pérdida de reflejos superficiales y dolores o espasmos musculares; les sigue una parálisis que usualmente es asimétrica, menos del 1 al 2% de las personas que se enferman de polio quedan paralizadas. En la mayoría de los casos de polio paralítica, el paciente se recupera totalmente. Sin embargo, para cierta cantidad de personas, la parálisis o debilidad muscular es de por vida.
Transmisión

Esta enfermedad se contagia a través del contacto entre personas, por medio de secreciones nasales y orales y por contacto con heces contaminadas. El poliovirus entra en el cuerpo por la boca, multiplicándose mientras llega al tracto digestivo, donde continúa multiplicándose.

Tratamiento y cuidado

La polio no tiene cura, así que la prevención es el medio más eficaz para combatirla. Ciertos medicamentos y terapias pueden ofrecer cuidados paliativos para los pacientes, con el fin de contrarrestar algunos de los efectos musculares. Los pacientes a quienes les avanza la parálisis en los músculos que forman parte del proceso respiratorio, reciben respiración asistida, la cual se puede suspender si el paciente recupera el uso de los músculos afectados.

Complicaciones

En casos graves de polio paralítica, se pueden paralizar la garganta y el pecho. El paciente puede morir si no recibe respiración asistida. Entre un 2 y un 5% de los niños mueren afectados por la parálisis, mientras que en casos de adultos muere del 15 al 30%.

Vacunas disponibles y campañas de vacunación

Gracias a la vacunación generalizada, la polio quedó eliminada del hemisferio occidental en 1994. En la actualidad es una enfermedad aún presente en unos cuantos países, con contagios ocasionales a los países vecinos (a fines de 2017, los países endémicos eran Afganistán, Nigeria, y Paquistán), pero se realizan programas intensos de vacunación para erradicarla completamente. Todavía se recomienda la vacunación contra la polio en todo el mundo, debido al riesgo de los casos importados.


(Publicado en historyofvaccines.org. Recuperado el 06/03/1022 de https://www.historyofvaccines.org/es/contenido/articulos/historia-de-la-polio-poliomielitis)