LOS MONOS Y LOS PLÁTANOS (anónimo)

Un grupo de científicos encerró cinco monos en una jaula, en cuyo centro pusieron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos. Cuando un mono subía la escalera para alcanzar los plátanos, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.

Tras algún tiempo, cada vez que un mono se disponía a subir la escalera, los otros lo agarraban y lo molían a palos, evitando así el temido remojón. Muy pronto, ningún mono osó subir la escalera, a pesar de la tentación de las bananas.

Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos. La primera cosa que hizo el nuevo fue subir la escalera dispuesto a coger los plátanos, siendo rápidamente detenido por los demás, que le dieron una buena tunda. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo renunció a su intento de alcanzar la ansiada fruta. Poco después, un segundo mono fue sustituido y ocurrió lo mismo, siendo el primer sustituto quien participó con más entusiasmo en la paliza al novato. Consecutivamente, el tercero, el cuarto y el quinto de los monos iniciales fueron cambiados por otros. El proceso continuó durante meses e, invariablemente, cada vez que entraba un nuevo mono y trataba de subir la escalera los otros lo golpeaban brutalmente, a pesar de que ninguno de ellos había recibido la ducha de agua fría y ya habían olvidado que este era el motivo inicial de las palizas.

Un día, tras recibir la tunda de rigor, un mono nuevo le preguntó a uno de sus agresores:

- ¿Por qué motivo me habéis pegado, hermano? ¿Qué tiene de malo querer comerse algunos plátanos deliciosos?

A lo que el otro le contestó:

- Pues, si he de serte sincero, no lo sé... Aquí las cosas siempre se han hecho así ...